La palabra clave es descanso. Descanse en los
patios, en las
habitaciones, en la
piscina, en el
claustro, el
bar, el
restaurante, en los
sofás, las sillas o incluso las alfombras que dieron fama a esta ciudad.
Pero si prefiere permanecer activo, la Pousada cuenta con
senderos
peatonales para que pueda explorar, una
pista de tenis para jugar, un
castillo cercano para
subir, una
iglesia que visitar y una
ciudad por descubrir. Con todas estas opciones, el
gimnasio sin duda sería una opción aburrida.
Haga su reserva en la recepción o pida sugerencias: el personal está increíblemente atento y disponible para ayudarle. Y recuerde encontrar su
alfombra de Arraiolos ideal, sin tener que ir a la ciudad: la
señora Hortensia, propietaria de las alfombras que se exhiben en el claustro, estará contenta de venir con usted en caso de necesitar su ayuda.